El Salvador
1
Me aprisiona esta hoguera
Los países encendidos
Los pueblos llagosos
Los hombres dispuestos
Abriéndose la voz
Para disparar.
2
Ahora los barcos
Deshojados en los puertos
Cruzan mares pasan
canales
Como los hijos abandonados
del cordón umbilical
igual se desprende la
gota de sangre
que desciende lenta
desde tu mejilla.
Museo del hombre
Cuando el hombre fue un error
Mordido en su raíz
Un derrotado suceso de la historia
Un cautivo retorcido por el fuego de sus celdas
Cuando el tiempo detuvo su vuelo súbito
Y se acostó a dormir en los museos
Entre sorprendidos hitos
Pródigas vasijas y alhajas de eras vencidas
Aquí se instaló el ardor y la añoranza
Para testificar que nuestros ancestros
También deshicieron cadenas y prisiones.
Canción para una guerra al acecho
Ahora que los peces han muerto de sed en los ríos
Y el mar no se escapa: corre –glauco orate-
De un lado al otro en su celda fatal de tierra y hambre…
Ahora que las bestias detienen su instinto
y su vertiginosidad y pueblan la vastedad
y las piedras la generosa flora de venas secas
y transparente muerte…
Ahora que las aves
suspenden su danza
y se volatizan sin alas ni graznidos
Ahora que los hombres truecan las manos por misiles
anhelantes
En la eterna disputa por despedazar el mundo
Yo, violento animal escapo por la ventana abierta al solo
Armado de acto denuncia y palabra.
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