miércoles, 19 de enero de 2011

9 de enero



Cuántos lustros ya pasaron
sin convocar al olvido
y es unánime el latido
del corazón con que amaron.
Una bandera empuñaron,
inmaculada semilla,
sembrada en la tierra trilla
la cosecha soberana
y en la consigna temprana
la luz de sus nombres brilla.

Nueve de Enero, la fecha
gloriosa, cuando aprendimos
a vencer, y si vencimos
fue con el dedo en la brecha.
El dolor de aquella flecha
Aun la sangre me estremece
manando por tantos meses,
pero este pueblo valiente
persistía, resistente
una vez, y tantas veces.

Los que su vida entregaron,
sin pensar en honra y gloria,
alcanzaron la victoria;
de la muerte regresaron.
Bajo el cielo se inmolaron
una, dos, tres, veinte veces
por la patria que mereces
por la patria que ahora canta
por la patria casta, santa
que te sustenta con creces.

Es su ejemplo monumento,
es bandera, escudo, flor.
Todo el amor al amor,
congelado en un momento.
Hoy un sólo pensamiento
nos mueve de orilla a orilla,
y una bandera sencilla
es bandada soberana:
renace cada mañana brilla.

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